Me canse de esperar, me canse de querer ser mejor persona por
alguien que simplemente respira porque está viva. Me acostumbre a ver historias
en donde quien más se entrega termina triste pero con una paz interna que nada
lo iguala, la otra persona termina libre pero seco por dentro, se cerró las
puertas y se convirtió en polvo.
Se vive para amar, soñar, llorar
y a veces, solo a veces para retar al destino, yo hago todas las anteriores con
una pizca de inmadurez de esos niños que siempre quieren sonreír, a pesar de
que no le dieron el regalo prometido. Retare de nuevo al destino con alguien
que rete todo por estar conmigo, que me vea como la primera opción de locura,
de amargura y de algún sueño de posible iglesia o de un “POR AHORA”, pero que
con gran sutileza me tape los ojos, que por un momento me haga creer que es un
para siempre, quiero eso…la ilusión mutua, no estar con alguien que respira
porque simplemente está viva.
Quiero alguien que muera por
saber de mí, alguien que luche por no escribirme a cada segundo, alguien que
cada vez que pueda me diga que le gusto, alguien que sepa que muero por las
ensaladas, que sepa que amo el mar pero le agarre miedo a las olas, que no me
gusta la lluvia a pesar de lo romántica que a veces puede llegar a ser, quiero
a alguien que juntas nos llenemos de sueños, alguien que se divierta con mis
mañas, que sepa que amo las largas tertulias de cosas tontas, que no me gusta
ver películas sola, que sepa que le tengo fobia a las multitudes, que prefiero
un solo amigo con quien pelear que miles con quien tomar.
Quiero alguien que en cada bocanada de aire se guarde mi
nombre y que al botarlo me pida que este a su lado. Quiero ser sus buenos días,
sus tardes, que aun estando ocupada tenga un espacio para mí y en las noches
tenga la seguridad que al dormir estaré ahí.
Ahora bien comaes… Bello todo lo escrito verdad? Pero…los
anaqueles están vacíos de todo eso, hay escasez de ganas, inflación de vivir intensamente,
delincuencia que quita sonrisas, corrupción de detalles…
La
crisis toco las ganas de seguir.
La Comae 2
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