Que mujeres somos… juntas, solas, como
sea hacemos de un episodio corto, un
total y desastroso enredo modo telenovela Colombiana. Las Comaes nos adoramos,
pero les narraremos nuestra primera pelea: Emprendimos juntas este proyecto y
hasta hace poco todo iba perfectamente bien, pero se nos olvidó que mujer que
no discute, se molesta, patalea, llora, pone todo grande, noooo es mujer. Una
vez más reafirmamos que las comunicaciones escritas, incrementan la ira que
todas llevamos dentro, cuando leemos el mensaje le colocamos el tono con el
que suponemos fue escrito (Risas), en este momento sabemos que la que está
leyendo, sonríe porque se identifica y sabe que es una total y absoluta
realidad. Nosotras en esta pelea absurda y escrita, le colocamos tono a todo y
por supuesto interpretamos lo que suponíamos decían los mensajes.
Nos caímos a palabras whatsappenses (nuevo término comadrístico de la real
academia de Comaes), nos dimos hasta con el celular, olvidamos el amor
fraternal, los buenos modales y partes débiles de cada una, ¿por qué? Por no marcar el número telefónico y
hablar como debería hacer cualquier ser racional pensante, de este planeta
Tierra.
Mujer molesta no piensa, se le olvida lo
que escribe o dice y jamás deja de llorar cual Magdalena arrepentida de lo que
le recuerdan hizo. Las excusas siempre son las mismas, no fui yo fue el período,
es que mis hormonas están alborotadas, tengo muchísimos problemas y me pongo
así, soy mujer no me entienden, como se nota que Dios es hombre y por eso nos
hizo de esta manera (Carcajadas).
Las Comaes entendieron que no deben
discutir de esa manera, que lo más sano es conversar en persona o por medio
de una llamada telefónica, que tienen que dejar de ponerle los tonos a los mensajes,
que una verdadera amistad no tira todo a la borda y renuncia al afecto
especial, que aunque seamos mujeres debemos ser tolerantes.
En esta parte lloramos y nos decimos que
nos queremos…
Las Comaes
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